Benedicto XVI defendió el modelo de cooperativa, al considerar que además de impulsar el trabajo agrícola permite a los agricultores y a las poblaciones rurales intervenir en momentos decisivos y es un instrumento eficaz para realizar el desarrollo integral de la persona. (EFE).
El papa Benedicto XVI considera que las cooperativas agrícolas representan "una visión alternativa a los modelos económicos que tienen como único objetivo el beneficio y el interés de los mercados" y pueden poner fin a la tendencia a la especulación con los alimentos básicos destinados al consumo humano.
El Papa así lo ha manifestado en un mensaje enviado al director general de la FAO, José Graziano Da Silva, y hecho público por el Vaticano con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación 2012, que se celebra y tiene por lema "Las cooperativas agrícolas nutren al mundo".
En su mensaje, el Pontífice señala que esta jornada se celebra mientras los efectos de la crisis económica afectan cada vez más a las necesidades primarias de las personas, "incluido el derecho fundamental de toda persona a una nutrición suficiente y sana".
Benedicto XVI defendió el modelo de cooperativa, al considerar que además de impulsar el trabajo agrícola permite a los agricultores y a las poblaciones rurales intervenir en momentos decisivos y es un instrumento eficaz para realizar el desarrollo integral de la persona.
El Obispo de Roma agregó que las cooperativas permiten superar el perfil exclusivamente técnico del trabajo agrícola y dan respuestas adecuadas a las necesidades locales.
"Las cooperativas agrícolas representan una visión alternativa a los modelos económicos que parecen tener como único objetivo el beneficio, el interés de los mercados, el uso de cultivos agrícolas para fines no alimentarios y la introducción de nuevas tecnologías de producción de alimentos sin las precauciones debidas", manifestó.
Benedicto XVI agregó que ante la cada vez mayor necesidad de comida, la presencia de las cooperativas "puede poner fin a la tendencia a la especulación con los alimentos básicos destinados al consumo humano y reducir la compra de tierras agrícolas a gran escala que en muchas regiones supone expulsar a los campesinos, que por si solos son muy débiles para defender sus derechos".
El Pontífice destacó en su mensaje, que fue leído en la sede de la FAO por el arzobispo Luigi Travaglino, que la Iglesia Católica siempre ha mantenido el modelo de cooperativa, al considerar que su actividad no sólo se limita a la dimensión económica, "sino que apoya el crecimiento humano, social, cultural y moral de todos los que forman parte de la comunidad en la que están establecidas".
Benedicto XVI subrayó asimismo el papel "insustituible" de la mujer, "llamada muchas veces a dirigir las cooperativas, a mantener las relaciones familiares y a custodiar los conocimientos y técnicas del mundo rural".
El Papa dijo que en un mundo globalizado, "que debe ser más humano", las cooperativas representa a ese nuevo tipo de economía al servicio de la persona.
Benedicto XVI solicitó a los poderes públicos que adopten las medidas necesarias tanto legislativas como de financiación para que en las zonas rurales las cooperativas puedan ser instrumentos eficaces para la producción agrícola, la seguridad alimentaria, el cambio social y una amplia mejora de las condiciones de vida.
También abogó para que en ese contexto las jóvenes generaciones puedan mirar al futuro con confianza y mantener los vínculos con el trabajo del campo, el mundo rural y sus valores tradicionales.