A partir del Decreto Nº 1881/14, por el cual el Poder Ejecutivo dio por terminadas las funciones del señor Valentín Galeano Osorio como presidente del Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop), todos los cooperativistas pudimos notar que una parte del movimiento apoyó el cambio, otra parte lo lamentó y un tercer grupo quedó preocupado por la estabilidad de los futuros presidentes del Incoop.
A la fecha, los cooperativistas ya tienen la noticia de que tres reconocidos profesionales del sector se encuentran interesados en integrar la terna que se elevará a consideración del Poder Ejecutivo. Tal vez surjan más candidatos con el transcurrir de los días, pero por el momento tenemos solo tres.
El artículo 6º de la Ley Nº 2157/03, inciso a) establece que el presidente del Incoop será nombrado por el Poder Ejecutivo, de una terna electa en la Asamblea Nacional de Cooperativas. La ley no establece otra condición más que integrar la terna, para acceder al cargo, lo que implica que, aquel que integre la terna con tres votos tiene iguales posibilidades de ser nombrado presidente que aquel que ingresa con cien o con 500 votos.
Tener el apoyo de la mayoría del sector, amparado en los votos, si bien no constituye una exigencia legal para la designación, debería ser tenido en cuenta por el Poder Ejecutivo al momento de la designación ya que uno de los pilares que sostienen el movimiento es justamente “la confianza” y qué mejor demostración de ello que la que será otorgada por los mismos cooperativistas a quien resulte más votado.
Además de los votos, deberían tenerse en cuenta también la capacidad técnica de cada integrante de la terna, sus antecedentes dirigenciales en el sector y por sobre todo su capacidad de administrar conflictos. Estar al frente de una institución reguladora y de control como lo es el Incoop no es tarea fácil, teniendo en cuenta la importancia de las funciones de dicha institución para la estabilidad general del sector cooperativo. Una mala designación puede traer consecuencias negativas que no solo pueden sentirse en el movimiento cooperativo, sino en todo el país.