En varios países de América Latina hay instituciones cooperativas que han ampliado su rol social a favor de familiares de socios y la comunidad en general.
En países como Argentina, Bolivia y Perú, existen cooperativas de trabajo dedicadas a la reinserción de personas con capacidades diferentes, otras con problemas de adicciones o psiquiátricos, o en el peor de los casos, personas que han afrontado conflictos penales.
En Paraguay, la problemática social ha extendido su brazo ingresando con mayor fuerza a sectores más vulnerables, y así se han profundizado los casos de drogadicción vinculados a la delincuencia.
Miles de jóvenes llenos de vida han caído desgraciadamente en vicios muy perjudiciales, lo que ha despertado el interés de las entidades como las cooperativas para atender y apuntar a la reinserción de estas personas a la sociedad.
Es así que esta situación ha motivado iniciativas de algunas pocas entidades solidarias existentes en el país a favor de estos sectores sociales.
Por ello, uno de los objetivos de las cooperativas debería ser la ampliación del modelo de las instituciones de este sector hacia el cuidado de los niños, niñas y adultos mayores. Así también la atención a los sectores menos favorecidos que han entrado en la línea delictiva o adictiva, a través de convenios con instituciones educativas y del gobierno.