viernes, febrero 7, 2025

“En la cooperativa saben cómo tratar a los trabajadores”, afirma socio de la Coofedelmo

Perseverante y sacrificado, Faustino Sosa Leiva, un trabajador independiente y propietario de su propio negocio, relata que la constancia es el principal pilar de su éxito.
 
Conozcamos más acerca de Faustino Sosa Leiva (49), que con la ayuda de la Cooperativa Fernando de la Mora Ltda. (Coofedelmo) ha logrado crecer personal y profesionalmente. La jornada de Faustino inicia
a las 4 de la mañana; se levanta, toma un baño, prepara mate y luego ya se encuentra dispuesto para ir a trabajar. Va en su vehículo al local de distribución de pollos que administra sobre Santa Teresa en Fernando de la Mora Zona Norte. A veces, en uno de sus camiones, va al mercado de abasto a traer los pollos y queda a atender el salón de zona norte, mientras sus demás colaboradores van a repartir los pollos en sus respectivas zonas.
 
“Cuando llegué recién de la campaña empecé en la cooperativa y no entendía luego nada”, relata Faustino en su guaraní nativo. “Una de mis vecinas aquí de Capiatá fue la que me sugirió asociarme a la Cooperativa Fernando de la Mora, yo no sabía lo que una cooperativa significaba”, afirma sobre su llegada a la cooperativa 18 años atrás.
 
 Desde marzo del 2008 y hasta la actualidad, el sueño del negocio propio fue creciendo a pasos agigantados, comenta el microempresario, comprándose varios vehículos para el reparto de los pollos refrigerados. Actualmente, cuenta con cinco camiones refrigerados, todos adquiridos con el apoyo de la Coofedelmo, los cuales pone a trabajar en la distribución de pollos refrigerados de la empresa Pollos Don
Juan. A su cargo están tres zonas de reparto en el Mercado 4, en Capiatá y en Fernando de la Mora, zona norte, donde también tiene un salón de ventas.
 
Luego de haberse vuelto distribuidor independiente, Faustino tenía en la mira su otro objetivo: agrandar el negocio a su esposa Matilde. Tal como sucedió con el trabajo de la distribución, fueron avanzando paso a paso: “Comenzamos con una pequeña despensa, así de productos no perecederos, hasta que decidimos deber un poquito más, y acudimos una vez más a la Coofedelmo para la ampliación de nuestra despensa”,
menciona. Actualmente cuentan con un minisupermercado en el km 23 de ruta 2 en Capiatá.
 
Inicios
 
Faustino llegó a Asunción con muchas ganas de superarse y dar un futuro prometedor a sus hijos, ya que en donde estaban el acceso a la educación era un asunto complicado. Es por eso que en 1994, junto con su esposa Matilde Alberico y sus cuatro hijos; Edgar, Emilce, Sonia y Rodrigo, decidieron vender todas sus pertenencias en Concepción y migrar hacia la capital. Unos años después de haber llegado, una vecina de Capiatá, en donde lograron hacerse de un terreno con una casita, le sugirió asociarse a la Coofedelmo, de esa manera podía comprarse electrodomésticos y poco a poco ir creciendo.
 
Cuando llegó, la primera actividad que encontró viable fue la venta de sandías, “dejé mi azada y mi machete y me vine para acá”, afirma sonriente. Luego le tocó la oportunidad de ser chofer de colectivo por unos años, hasta que su hermano le dice para trabajar con él en la empresa de venta de pollos Don Juan. Fue allí que más adelante fue pasando de secretario a tener su propia zona de distribución, hasta que decidió independizarse y pedir un préstamo a la cooperativa para la compra de su camión refrigerado.

Artículos relacionados

ÚLTIMAS NOTICIAS