Las cooperativas cada vez apuestan más a la tecnología y la innovación como elemento para el crecimiento y desarrollo institucional.
El modelo cooperativo ha desarrollado diversos servicios, de la mano de la tecnología, que a lo largo del tiempo ha beneficiado a los miles de socios.
En un mercado cada vez más competitivo y exigente, se impuso la creatividad del ser humano para desplegar su talento con el acompañamiento de la innovación tecnológica.
Las organizaciones solidarias han buscado recursos y crearon productos que son sumamente atractivos, en un mercado cada vez más creativo y variable.
De esta forma, el cooperativismo del sector de ahorro y crédito, así como el de producción, ha continuado expandiendo sus acciones hacia segmentos sociales menos favorecidos.
En efecto, en el marco de la asamblea de la Unión de Cooperativas de Murcia (España), el presidente de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) Ariel Guarco, mantuvo una serie de reuniones con autoridades de cooperativas de ese país y habló acerca de la alta incidencia de la innovación tecnológica en las economías colaborativas.
El dirigente internacional subrayó la necesidad de “transformar la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación, hoy hegemonizada por el capital financiero, para ponerla al servicio de la dignidad humana”.
En la actualidad, las grandes corporaciones cada vez más están apostando a la tecnología y la innovación, como elemento para el crecimiento y la extensión de beneficios a socios o clientes. En tal sentido, las cooperativas también tienen un gran desafío de cara a las próximas décadas.
Recambio de Paradigma
En Paraguay, las instituciones de apoyo mutuo representan una herramienta social para reducir la desigualdad.
El compromiso de este sector con sus 1.600.000 asociados es fundamental. La vida institucional de las cooperativas no puede estar desvinculada de la tecnología, porque esta juega un papel fundamental en el desarrollo creciente de las instituciones.
Por ello, el recambio de paradigma es importante y sólo será posible mediante la capacitación permanente de la dirigencia, técnicos y funcionarios, la participación en foros nacionales e internacionales y el intercambio de información entre las propias empresas del sector solidario, esto siguiendo el proceso de evolución que se está dando en todos los órdenes con la revolución tecnológica.
