“Aunque las estadísticas no son nuevas, un informe sobre inclusión financiera en el país a octubre de 2014, elaborado con ayuda del Grupo Banco Mundial, muestra la importancia del sector cooperativo para el ahorro y el crédito, tanto de consumo como de inversión.
El documento dice que 19% de la población adulta tiene una cuenta en una entidad solidaria y el 12% (7 puntos menos) en un banco.
Los números indican que en los últimos años el sector de la unión de personas para la cooperación social y económica goza de la confianza que se requiere para movilizar recursos hacia el mejoramiento de la calidad de vida.
Con la vigencia de la Ley 5501 a partir de 2016 y que impuso el impuesto al valor agregado (IVA) a las operaciones crediticias de las cooperativas con sus socios, forzosamente se produjo un encarecimiento del capital financiado.
Conste que, al ser el sector que más paga por el ahorro (9,4% de tasa pasiva, a febrero de 2017) frente a bancos y financieras (5,5% los primeros y 8,5%, las segundas), es lógico que concentre el mayor número de cuentas. Y, por ende, la capacidad de movilizar inversiones individuales, familiares o de emprendimientos, pequeños y medianos.
Datos a junio de 2016, por otro lado, muestran que las cooperativas tienen las tasas de interés sobre capital prestado más altas (27% frente al 23% en financieras y 19%, en bancos). La medida es comprensible, pues las cooperativas manejan capital social y requieren de garantizar el valor constante del dinero que prestan.
