Ley 5476/2015 establece que los intereses aplicables por el uso de tarjetas de crédito no podrán exceder tres veces el promedio de las tasas pasivas en el mercado. Así dispuso el Banco Central del Paraguay (BCP).
El límite máximo de la tasa de interés a ser aplicada en enero a las tarjetas de crédito es del 14% para las cooperativas, bancos y financieras. La unificación del tope responde a la Ley 5476/2015 del BCP, “Que establece normas de transparencia y defensa al usuario en la utilización de tarjetas de crédito y débito”, en su artículo 9.
Los intereses pueden sufrir variaciones de forma mensual, según el promedio. Anteriormente, las tasas aplicadas por las organizaciones solidarias llegaban al 24%. La aplicación de esta normativa involucra de forma directa a las cooperativas del tipo A y B que emiten plásticos.
La decisión fue consensuada entre la Superintendencia de Bancos y el Instituto Nacional de Cooperativismo. Esta ley se conversa en mesas de diálogos desde el 2015, su objetivo es compatibilizar la estructura de datos conforme su naturaleza. Así se quiere también que los usuarios tengan servicios prácticos y accesibles.
Toda esta situación generó una serie de análisis y posibles situaciones a presentarse. Sin dudas, a simple vista son los socios los beneficiados con esta medida.
Estudian impacto de la aplicación de la ley para el movimiento cooperativo
El impacto en la finanza y economía de los socios es un aparente beneficio inmediato. En el momento que obligatoriamente todas las cooperativas disminuyen la tasa de interés por el uso de la tarjeta de crédito, se abona un porcentaje menor por el producto.
Desde la Conpacoop explican que la aparente ventaja podría debilitar otros servicios y cada entidad solidaria deberá rever la situación a fin de encarar la situación.
El análisis técnico indica que en líneas generales la disminución de las tasas impedirá asumir mayores riesgos en la entrega de tarjetas. En el futuro, cada cooperativa deberá realizar un mayor y más exhaustivo análisis de la capacidad de pago, para determinar si el socio reúne las condiciones para acceder al servicio de tarjetas de crédito.
La presidenta de la Conpacoop, Arq. Myriam Báez, habló de una posible afectación al trabajo de inclusión financiera que se realiza con esta herramienta de pago o financiación.
“En forma resumida, la disminución de los rendimientos por intereses del servicio de tarjeta de crédito afectará negativamente los presupuestos de ingresos para el año 2021 de las cooperativas que prestan este servicio crediticio, conllevando el efecto adverso también en la generación de excedentes anuales”, explicó.
Por último, descartó el escenario de pérdidas en forma directa e inmediata, en relación al informe elaborado por los asesores. Sin embargo, existe la seguridad de la disminución de los números en los excedentes de algunas cooperativas.
Un giro en los planes
En líneas generales, cada entidad tendrá que analizar y aplicar nuevas estrategias como el incremento de otros costos tales como las comisiones, tasas anuales de renovación, gastos administrativos etc.
Las entidades deben replantearse inclusive el costo del dinero. Es decir, las tasas que se pagan por los ahorros de los socios. En consideración a que no se puede o no es conveniente pagar altas tasas pasivas y estar limitados a cobrar bajas tasas activas.
Otro tema es que la reducción de las tasas podría afectar inclusive los convenios con las entidades que brindan descuentos a sus socios por el uso de las tarjetas de crédito.
El bajo rendimiento de las tarjetas de crédito hará insostenible una mora elevada de este producto, debido a ello con el tiempo se deberá dirigir este servicio a socios con un muy buen comportamiento de pago.
Competitividad y efectividad
Un pensamiento generalizado es que las cooperativas ahora serán competitivas en cuanto al servicio de tarjeta de crédito se refiere. Las tasas serán obligatoriamente más bajas. Esa competitividad se logrará a costa de disminuir las tasas pasivas, disminuir o eliminar algunos o varios servicios sociales, despedir personal, disminuir convenios con entidades que realizaban importantes descuentos por el uso de la tarjeta, entre otros. Es por este motivo que referirse a las cooperativas como más competitivas luego de este escenario podría ser algo errado para el gremio.
Nuevas tendencias y formas de accionar
A partir de la unificación de la tasa de interés de las tarjetas de crédito y débito, los pocos socios que reúnan los requisitos para acceder a tarjetas de crédito solicitarán ampliación de su línea de crédito a fin de acceder a adelantos de efectivo y así evitar tomar otros créditos con otras tasas más elevadas.
Este comportamiento es natural, las personas buscan ventajas y utilizarán el servicio crediticio que satisfaga su demanda de dinero al menor costo.
Báez se refirió a otro posible escenario, el incremento en el uso de la tarjeta de crédito por parte de socios que no tenían tarjeta o no las utilizaban. “Pero, este será un grupo selecto de socios. Es decir, menos socios podrían utilizar más su tarjeta de crédito, aunque podrían no hacerlo. No obstante, para mantener el equilibrio las instituciones cooperativas tendrán que replantearse los gastos y costos”, mencionó.
Actores y escenarios diferentes
Desde la Conpacoop consideran que no es beneficioso para el sector cooperativo, al menos de esta manera, sin gradualidad alguna, porque el parámetro de límite está basado en la tasa pasiva de las organizaciones bancarias y financieras que son muy diferentes a las tasas pasivas de las cooperativas. Además, las cooperativas tienen su propia autoridad de aplicación que debe o debería regular siempre de acuerdo con la naturaleza del sector solidario.
El gremio no considera conveniente que el supervisor del sector bancario establezca las reglas y que el Incoop directamente las adopte, porque la naturaleza misma de ambas instituciones es diferente.
En este sentido, la presidenta Báez explica que si bien las tasas de las tarjetas eran más elevadas, las cooperativas brindan servicios solidarios que en muchos casos son costeados con excedentes y éstos en menor o mayor medida provenían del uso de la tarjeta de crédito.
“Por ello consideramos que a mediano o largo plazo esta decisión del Incoop podría tener efectos poco favorables para los socios de cooperativas, aunque ahora aparentemente serán beneficiados con la reducción de las tasas”, dijo.
Asimismo, consideran que la disminución de las tasas de tarjetas de crédito debía ser una cuestión de estrategia de cada organización en la medida que las condiciones para este efecto se vayan dando y no en forma coercitiva e inmediata, luego de un año tan difícil como lo fue el 2020 y ante un 2021 cuyas características no se pueden precisar aún. Los costos de las organizaciones bancarias por las captaciones que realizan son más bajos que en las cooperativas no vemos equidad en este tratamiento donde en resultados netos las organizaciones pierden al adoptar un tratamiento único para ambos tipos de organizaciones cuyas estructuras de costos son diferentes.