«En esta profesión, la música fue la que me escogió»
Pertenecer a una familia de artistas hizo que José Miguel decidiera transformar su amor por la música en una carrera, que tocará y transformará la vida de muchas personas.
- ¿Por qué eligió esta profesión o carrera? Creo que la música me eligió a mí. Tengo la bendición de pertenecer a una familia de músicos, papá y mamá son violinistas de la OSCA. Incluso, mi abuelo (bandoneonista) y sus hermanos (clarinetista y contrabajista) ya eran músicos. Comencé a los 4 años cuando papá me compró un violín pequeñísimo de España, porque cuando eso era difícil conseguir instrumentos para niños en nuestro país.
- ¿Cuáles fueron y son sus principales desafíos diarios? El desafío personal que me propongo es de encarar todos los días con la misma pasión cada actividad profesional que me ocupe desarrollar, sean clases, ensayos, exámenes, conciertos, etc. Y darle a todos igual valor e importancia.
- Los mayores logros que recuerda desde sus inicios. Los principales logros que vienen a mi mente son haber tocado de solista con la OSCA a los 12 años, quedar seleccionado en la Orquesta Juvenil de las Américas (2009-2010), formar parte de la delegación paraguaya en Europa por los festejos del Bicentenario, dirigir la orquesta Weltweite Klänge en una gira Europea (2012). Otro momento importante en mi vida profesional fue ser director asistente de la Orquesta Sinfónica Nacional (2013- 2014), ganar el concurso de dirección “El arte de la batuta” (2017), recibir la medalla Domingo Martínez de Irala por parte de la Junta Municipal de Asunción (2018) y, el más reciente, estar al frente del Instituto de Arte La Candelaria.
- ¿Cuáles son los objetivos que aún desea alcanzar? Cada día de mi vida trabajo poniéndome metas a corto y largo plazo. Entre ellas, lo que deseo desde lo más profundo de mis sentimientos es que con mi granito de arena, de alguna manera, el arte llegue a toda nuestra gente, para que pueda ser comprendido, apreciado, valorado en su totalidad y, de esa manera, estoy seguro de que a nuestra sociedad le irá bien, porque el arte es parte de la vida, es una manifestación de adentro hacia afuera de nuestra individualidad y colectividad.
- ¿Cuál es el aporte de la institución para su vida profesional y personal? El Instituto de Arte La Candelaria apuesta en mi persona para su conducción, el cual acepto con mucho entusiasmo y optimismo. Cada día hay algo nuevo, uno nunca termina de aprender. Así que el crecimiento, tanto profesional como personal, es una constante.
- ¿Un mensaje que desea dejar para quienes comparten su misma pasión? Todos deberíamos experimentar con algún arte, sea cantar, bailar, escribir cuentos, poesías, novelas, actuar, tocar algún instrumento, dibujar, pintar. El arte no tiene edad. Y a aquellos que abrazan esto como profesión, que sueñen grande, los sueños se cumplen, pero trabajen todos los días en ello, la disciplina se encargará de alcanzarlos.