El escenario actual obliga a un replanteamiento profundo, en el que varias prácticas tradicionales y conocidas deben ceder sus lugares a las innovaciones.
La necesidad de tener un nuevo panorama también se observa en el sector cooperativo, especialmente para responder a un entorno en el que reina la incertidumbre. Este fue el eje central abordado en el webinar “Repensando el crédito”, organizado por la DGRV CoopSur hace un par de semanas, que tuvo como disertante a Virginia Benítez, gerente del proyecto.
La pandemia genera un cambio coyuntural considerable, que obliga a una reacción rápida, señaló. Este escenario exige innovar en los procesos de gestión del crédito. “La manera tradicional de hacer los créditos ya pasó, y creo que no vamos a volver. Yo veo como algo interesante, como un cambio necesario”, afirmó.
El vuelco hacia las herramientas tecnológicas se vuelve inevitable para el sector. Benítez señaló que las entidades solidarias tendrán que orientar sus inversiones en la incorporación de tecnología. Aclaró que es probable que estas acciones no se realicen en este momento, ya que la liquidez prestable debe ser direccionada para atender las distintas situaciones de los asociados.
Otro punto que mencionó fue que las entidades deberán evaluar sus operaciones y corregir con agilidad las estrategias menos efectivas. “Nos obliga a un dinamismo inusual en las cooperativas. Es una autocrítica que debemos asumir”, agregó.
Evitar financiar consumo
En lo referente a la concesión de nuevos créditos, dejó una serie de indicaciones para las entidades solidarias. Señaló que no se debería financiar consumo en el 2020, salvo excepciones como la compra de herramientas con fines de capacitación o teletrabajo.
Manifestó, también, que es necesario atomizar el monto de crédito a ser otorgado. Es decir, dar prioridad a los que se encuentran por debajo de la cartera global.
Favorecer créditos con frecuencia de pago flexible es otra de las indicaciones. Igualmente, mencionó que se debe dar privilegio a socios con historial de crédito.
Reacción ante el coronavirus
El brote del covid-19 en el país generó distintas reacciones del sector financiero. El sistema bancario, que se encontraba con plataformas desarrolladas para brindar atención a sus clientes, solamente intensificó el uso de estas.
Igualmente, las financieras pusieron a disposición sistemas de banca web, aplicaciones para teléfonos inteligentes, entre otras herramientas.
Dentro del sector cooperativo, algunas entidades comenzaron a enfatizar con más fuerza el uso de tecnologías que ya se encontraban en modo experimental desde finales del 2019.
Benítez recordó que varias cooperativas acordaron alianzas con los bancos para poder participar del Sistema de Pago del Paraguay (SIPAP) con el objetivo de brindar más opciones de servicios en línea a sus socios, específicamente las transferencias interbancarias.
Otras entidades, que no tienen convenios con los bancos, ampliaron su atención a través de diferentes plataformas y habilitaron un contacto más directo con sus oficiales de cuenta.
En el caso de las cooperativas medianas, del segmento B, tuvieron que implementar mucha creatividad para permitir el contacto con sus socios mediante aplicaciones de mensajería y redes sociales.
Posibles escenarios en las cooperativas
1-Asociados con reducción de ingresos: sigue trabajando, pero priorizará subsistencia.
2- Socios con ingresos reducidos, pero con un reenfoque de sus actividades económicas: utiliza su capacidad instalada y desarrolla nueva línea de productos.
3- Socios sin ingresos por pérdida de la fuente (temporal): su actividad implica contacto directo con personas o tiene suspensión de contrato laboral.
4- Socios sin ingresos por pérdida de la fuente y sin horizonte de nuevo trabajo a corto plazo.