El 2022 fue un año de reestructuración y planificación en la búsqueda del repunte financiero y económico.
A pesar del alza de los combustibles, conflictos internacionales y la crisis climática, Paraguay se mantiene con un enfoque positivo y ha sabido levantar cabeza en todo momento. Las cooperativas jugaron un papel estratégico en sortear todas esas dificultades para satisfacer las constantes necesidades de su membresía y a su vez cumplir con sus propias autoexigencias para mantenerse solventes y así continuar ofreciendo sus servicios a la comunidad.
Son varios los representantes de instituciones solidarias que concuerdan en que el 2022 fue un año evolutivo en cuanto a recuperación de créditos. El año pasado y antepasado se aplicaron muchas flexibilidades de pago, eso afecto de sobremanera la estabilidad. Sin embargo, y casi llegando a final de año, el panorama es diferente dado que por medio de muchas campañas educativas y de promoción instaron a todos los socios a comprometerse con su institución y honrar sus deudas.
Estas estrategias permitieron que los índices de morosidad se mantuvieran estables, muchas cooperativas concuerdan en que no fue fácil, se tuvo que tomar decisiones difíciles, muchas de ellas erradas y otras tantas certeras hasta encontrar un punto medio donde personas e institución pudieran coexistir bajo un mismo propósito: la recuperación. El 2023 apunta a ser un año de despegue para todos los sectores siempre y cuando se continúe con la misma línea de trabajo.
El primer semestre del 2022, según un informe presentado por la Fecomulp durante la VI Cumbre de Cooperativas de las Américas, indicó que las cooperativas del tipo A se mantuvieron fortalecidas con un aumento en el volumen de sus activos en 0,6%. Los créditos aumentaron en un 4,7% que en el mismo periodo del 2021. Además, se explicó que el volumen de crédito a los socios creció 11,9% en un año, más que el aumento del 8% registrado un año atrás y la tasa de morosidad promedio de las entidades de ahorro y crédito Tipo A fue de un 8,3% al cierre de junio de 2022.
Estrategias para la recuperación
Para atraer al socio en el cumplimiento de sus deberes, las cooperativas más que nunca y durante todo el año desarrollaron diferentes promociones y campañas para premiar el compromiso y la responsabilidad. Los más llamativos fueron el sorteo de autos, viajes, electrodomésticos, vales de compra y dinero en efectivo donde el único requisito para participar era el estar al día en el pago de ciertos servicios como préstamos, tarjetas de crédito, aportes y solidaridad. También trabajaron en fuertes campañas para fomentar el ahorro y así colocarlos en créditos ya sea para los socios u otras cooperativas dado que el cooperativismo busca el bien común de todos sus integrantes a través de la solidaridad, ayuda mutua y empatía entre sus miembros.
El crecimiento económico de cada institución se traduce en crecimiento para las comunidades aledañas a ellas. Se puede decir que una cooperativa con bases sólidas puede invertir tiempo y recursos en otras áreas que contribuyan al desarrollo de las personas, como ejemplo se mencionan los microcréditos para emprendedores, servicio clave durante los últimos dos años en pos de la reactivación y que gracias a las cooperativas muchos de ellos son comercios sostenibles y sustentables. Otro importante beneficio son las inversiones en salud, donde los socios acceden en su mayoría a servicios gratuitos a través de clínicas propias creadas por las cooperativas o por alianzas con otras instituciones.



