Emilio Lugo
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Tuvieron que pasar 23 días para que el gobierno de Horacio Cartes, presionado por las movilizaciones, pudiera sentarse a negociar con las cooperativas y las organizaciones de pequeños productores agrícolas, conforme a las reivindicaciones presentadas públicamente por las mismas.
Claro que el Presidente no asistió a ninguna de las jornadas de diálogo realizadas. Envió a sus fieles representantes. Él prefirió viajar a los EE UU ., el jueves 21 de abril, y luego regresó el domingo 24 y se encerró con su actitud de silencio y rechazó a la gente que lucha por sus derechos o critica sus decisiones.
Habrá estado mirando o escuchando desde algún lugar de Mburuvicha Róga. En vez de dirigirse a la nación para explicar su postura y transmitir liderazgo, en una circunstancia extremadamente sensible de agitación social, él prefirió utilizar un medio impersonal, virtual, su cuenta de Twitter para felicitar a los campesinos y a los negociadores del Gobierno por haber apelado al diálogo.
El lunes se encargó de firmar el acuerdo, salir en las fotos Eso fue todo, en cuanto a su participación. En una postura llamativa, anormal, el Presidente de la República declinó la conducción de las tratativas a su secretario privado Juan Carlos López Moreira. Ni siquiera tuvo protagonismo el vicepresidente Juan Afara, hecho que evidenció la fuerte lucha interna que se avecina en el partido de gobierno a medida que se acercan los tiempos electorales de cara al 2018.
Fueron más de tres semanas de solidaridad, compromiso, responsabilidad y sentimientos compartidos. Días de gran sacrificio, de dolor, rabia e indignación ante la campaña de ciertos medios de prensa que atacaron sistemática y permanentemente la lucha emprendida conjuntamente.
Igualmente la indiferencia y la crítica superficial de ciertos grupos que desde la fría comodidad de las redes sociales no se inmutaban ante las necesidades de miles de compatriotas, familias enteras con padres, madres e hijos pequeños que se instalaron en la plaza, empujados por las injusticias, la pobreza y los riesgos ciertos de perder sus tierras, como consecuencia de las deudas asumidas ante organismos financieros públicos, como el BNF , Banco Nacional de Fomento y el Crédito Agrícola de Habilitación, dependiente del Ministerio de Agricultura.
Así mismo, ante empresas privadas, cooperativas, financieras y bancos. Pese a la intensa campaña malintencionada e intentos de descalificación de la lucha gremial conjunta en defensa de los derechos de los socios de las cooperativas, para que estos no sean afectados por el 10% del IVA sobre los servicios financieros y sociales que le benefician y la condonación de las deudas de los campesinos con el sector público y un subsidio para el pago a las entidades financieras privadas. Aún en medio de este escenario, la prolongada resistencia continuó y logró el apoyo de numerosas organizaciones sociales, como los jóvenes estudiantes, sindicatos, indígenas y otras.
Con respecto a las cooperativas, lo que hicieron fue corregir el grosero error de pretender imponer el cobro del 10% del IVA a los socios, con retroactividad al 1 de abril, violando gravemente lo que ordena la Constitución Nacional en su artículo 14°. De la irretroactividad de la Ley.
Así también, el Código Civil señala claramente que la Ley entra en vigencia al día siguiente de su publicación en la Gaceta Oficial. La Ley 5551/15 que suspendió por seis meses la entrada en vigencia de la Ley 5501/15 de Cooperativas, el cual se difundió el 30 de diciembre del 2015.
El acuerdo firmado contempla entre otros puntos, la instalación de una mesa de trabajo técnico entre el gobierno y los cooperativistas para analizar alternativas a la aplicación del IVA . Los campesinos lograron la refinanciación de las deudas vencidas a 10 años con la quita de intereses.
El BNF podrá comprar las deudas del sector privado con un plazo de 9 años y 2 años de gracia. Además, permitir que los deudores sigan como sujetos de crédito. Consensuar el proyecto de fortalecimiento de la agricultura familiar.
