En el país ya funcionan más de 60 empresas maquiladoras. Este sistema de producción creció 205 %, generándose 11.000 puestos de trabajo. Se estima que alrededor de 180 millones de dólares serán invertidos en los próximos meses, llegándose a la suma de 330 millones de la moneda estadounidense.
Hay nuevos programas aprobados por el ministerio de Industria y Comercio, lo que habrá de constituir una verdadera revolución industrial en Paraguay. La maquila cuenta con una gran capacidad de transmisión y generación de tecnologías de punta, que posibilitan elevar la competitividad de la producción nacional.
Autopartes, cableados para plantas industriales japonesas como Honda y Mitsubishi y la coreana THN son la niña bonita del momento. También los brasileños están apostando fuertemente a este sistema, instalando factorías en las zonas de frontera, lo que fortalece el surgimiento de nuevos empleos y oportunidades para miles de compatriotas.
Hay que considerar que el 70 % de las exportaciones son destinadas al Mercosur y casi un 30 % va otros destinos como Tailandia, Francia, Indonesia, China y Vietnan. Aquí se incluyen otros rubros como el cuero, sus manufacturas textiles y confecciones.
De acuerdo a las proyecciones, este dinamismo de inversiones y exportaciones bajo el régimen de maquila se mantendrá a lo largo de los próximos meses y años, en virtud de la cantidad de empresas tanto brasileñas como de otros países que analizan invertir en Paraguay y ya presentaron sus programas al ministerio de Industria y Comercio.
A lo apuntado hay que sumar las exportaciones agrícola y ganadera. Salvo la creciente actual, nuestro país tiene muy buenas perspectivas para el segundo semestre. El Banco Central sitúa un probable crecimiento de 4,8 %, mientras que el BBVA Research apunta a un 5,3 %, que de concretarse sería la más alta de la región. Para América Latina, la proyección indica que crecerá entre 2,3 y 2,5 %.
Como se viene insistiendo Paraguay tendría un muy buen año económico, es decir existe un sendero en el que se está transitando. Hay confianza interna y externa, se observan aspectos claramente claves que estimulan la idea de que se está ante un país emergente y con estabilidad política.
Sin embargo, esta perspectiva siempre choca con los datos de la microeconomía. Una meta del Gobierno debe ser orientar también las políticas hacia los excluidos sociales, es decir ese segmento poco alfabetizado, preparar más recursos humanos que puedan entrar en competencia al momento en que sean requeridos por esta demanda que, con seguridad, irá en aumento.
Cifras oficiales detectan los bolsones de pobres extremos en un 68 % en el campo, un 24 % en Asunción y el área metropolitana y el restante 8 % en ciudades intermedias. Y estos son los segmentos de que deben ser prioridad, no solo a través del programa Tekopora, sino también haciendo un seguimiento de las fortalezas y debilidades de cada ciudadano a fin de encontrar y explotar el talento para determinadas actividades.
Creemos que el Paraguay está en un buen camino para potenciar su desarrollo como Nación y otorgar más y mejores oportunidades para los compatriotas. En este escenario de transformación, el conciudadano debe mejorar y acrecentar su autoestima de una manera positiva que le permita optimizar su condición individual y familiar.