Conforme a la Ley 2157/03, el Instituto Nacional de Cooperativismo, Incoop, es una entidad pública autónoma y autárquica de aplicación de la Ley de Cooperativas, así como de regulación, control y certificación de las empresas de economía solidaria. Estas funciones las realiza de acuerdo a lo que establece el Art. 113 de la Constitución Nacional que obliga al Estado paraguayo a fomentar las cooperativas y garantizar su libre organización.
No es casual que ciertos sectores económicos y políticos, no solamente en Paraguay, sino a nivel de Latinoamérica, insistan, repetitivamente que a las cooperativas que son organizaciones de personas se deben aplicar las mismas normativas y los mismos criterios impositivos que a las empresas de capital. En este momento, en varios países de América, hay una campaña coincidente de reformas fiscales, con objetivos netamente recaudadores, que pretende gravar el acto cooperativo, es decir, el intercambio solidario de servicios entre los socios y las cooperativas que universalmente no es un hecho generador de impuesto. Sectores cooperativos de Costa Rica, Honduras, El Salvador etc., están sufriendo esta realidad.
Estas medidas buscan debilitar y liquidar a las cooperativas y apoderarse del segmento del mercado financiero que manejan las mismas. Además, es una actitud que expresa el desprecio y desconocimiento a nuestra forma de organización basada en el esfuerzo propio y la ayuda mutua. Las cooperativas son, y serán fundamentalmente, asociaciones de personas y no de capital. Son instituciones de auto ayuda, sin fines de lucro, empresas económicas con finalidad social. Estos dos aspectos son inseparables. No se puede hablar de cooperativas netamente financieras sin objetivos sociales. Las cooperativas no buscan simplemente la acumulación del capital, a expensas de la explotación, la especulación, sino el desarrollo humano, a través de la cultura del trabajo compartido que se traduce en la prestación mutua de servicios y la dignificación de las personas. Las cooperativas no pueden ser asimiladas a las demás entidades financieras de nuestro medio, con todo el respeto que merece el trabajo de las mismas. Además, como afirma el Ing. Ortiz Guanes, no se puede aplicar normativas iguales a empresas de naturaleza diferentes.
En nuestro país las cooperativas han demostrado ser un modelo solidario de organización, exitosa en la producción de bienes y servicios, la generación de fuentes de trabajo, la lucha contra la pobreza, la desocupación y exclusión de miles de familias paraguayas a las que beneficia y las que en muchos casos no son consideradas sujetos de crédito en el mercado financiero tradicional. Las cooperativas, a través de recursos propios de los socios brindan trabajo directo e indirecto a miles de personas.
Ahora que se halla en el Congreso el proyecto de Reforma de la Ley 438/94, los parlamentarios tienen una gran responsabilidad en las decisiones que adopten. Confiamos en que van a apoyar a uno de los sectores más sólidos de la economía nacional.