Hay que protegerla de las radiaciones para evitar problemas que van desde el envejecimiento prematuro hasta el cáncer.
La norma imprescindible es usar siempre protector solar, incluso cuando el día está nublado. Sin duda, es la mejor arma para protegerse de los efectos dañinos de las radiaciones solares. Y hay que tener en cuenta ciertos aspectos para elegir un buen protector solar. Tiene que ser de amplio espectro, proteger de los rayos UVA y UVB, ser resistente al agua y tener un factor de protección alto SPF 30 o superior.
Otra norma básica es evitar exponerse al sol durante las horas centrales del día (de 12:00 a 16:00). Ojo con el uso, antes de tomar el sol, de los cosméticos, las colonias, los perfumes o todos aquellos productos que contengan alcohol en su composición.
Pueden ser fotosensibles y hacer que tengas que maduras. Y no solo los cosméticos. Hay que tener especial cuidado con los medicamentos fotosensibilizantes, como es el caso de algunos antibióticos, antinflamatorios, anticonceptivos orales, etc. Por eso, si se está en tratamiento, es importante consultar con el médico. Cuidar la piel antes de la exposición es fundamental.
Así, en casa debe seguirse como rutina de belleza diaria: exfoliar + limpiar + hidratar, son pasos fundamente necesarios. Otro de los puntos no menores guarda relación con beber agua. La hidratación no es solo por fuera, sino también interna. Beber la cantidad suficiente de agua para mantener la piel hidratada es vital.
Se recomienda beber alrededor de dos litros diarios. Las prendas de vestir también tienen su cuota de cui dado especial en este propósito, el cuidarse íntegramente.
La alimentación es más que crucial
La dieta también es importante. Lo que se consume influye en la salud y el estado de la piel. Así, una alimentación equilibrada también es imprescindible para una piel sana y fotoprotegida. Los expertos recomiendan aumentar la ingesta de frutas, verduras y hortalizas. En verano aparentemente es un poco más sencillo, pues se tiene a con sideración y alcance alternativas como frutas de tempo rada como el melón, la sandía, el kiwi, o algunos cítricos, todas ellas son ricas en agua y vitaminas A y C.
También son buenas las verduras de hoja verde, el brócoli, el tomate, las zanahorias, que aportarán una óptima cantidad de betacarotenos. Estos planes, más lo ya mencionado, son el camino para que se pueda proteger la piel con mayor efectividad en todas las temporadas del año.