El sector cooperativo desde antes ya venía ofreciendo este tipo de servicios a través de sus diferentes procesadoras de tarjetas de crédito y medios digitales para la transferencia o pago de productos.

Con la llegada de la pandemia el proceso de transacciones electrónicas se aceleró y empujó a las diferentes entidades a reforzar o invertir en tecnología. La apertura de nuevos canales de operación hizo que los usuarios más reacios a la digitalización aprendieran a reconocer sus beneficios y facilidades en cuanto a comodidad, ahorro de tiempo y seguridad, siendo este último es más valorado. Es así que los medios de pagos electrónicos se convirtieron en una herramienta clave para los agentes económicos y más aún en el cooperativismo.

En Paraguay existe un estimativo de 1.000.000 de tarjetas de crédito y más de 2.000.000 de tarjetas de débito en todo el territorio. La gran mayoría de usuarios se concentra en Asunción, Central y departamentos con un importante crecimiento económico, otras localidades, específicamente hacia el interior del país, aún no logran adentrarse a la revolución debido a diferentes factores que tienen que ver con la inversión de los comercios y la inclusión financiera en personas mayores a los 60 años de edad.

Rol del sector

En este punto es donde las cooperativas deben tomar la posta y ser los agentes que introduzcan estas nuevas formas de comercio a la vida de los usuarios. Tener acceso a un medio de pago diferente al dinero en papel sirve como vía de acceso a otros servicios financieros, como créditos o ahorro para facilitar este acceso. Las cooperativas deben lograr llegar a este segmento excluido por medio de productos financieros alternativos que se adapten a la realidad de estos sectores.

Cámara compensadora, un espacio ganado

El año pasado, las cooperativas de ahorro y crédito se integraron a la Cámara Compensadora de Cooperativas. Esta interconexión permite realizar pagos de una institución a otra como pago de aportes, cuotas, servicios, entre otros. Es decir, permite comodidad y eficiencia en el sentido de ahorrar tiempo, porque integra a las instituciones solidarias al sistema de pagos del bancario y de Empresas de Medios de Pago Electrónico (Empes). A la fecha ya son 16 las instituciones integradas, realizando compensaciones diarias y a través de la cámara administrada por la cooperativa binacional Cabal Paraguay.