En el mes del ahorro es oportuno analizar la realidad de este hábito en el Paraguay. Y para ello es importante conocer vivencias y testimonios personales, resguardando sus identidades, que demuestren el perfil de los inversionistas, así como de quienes no optan por esta práctica.
Entre los que apuestan a la reserva, según el señor Guillermo (nombre ficticio), se encuentra su hijo menor, en un hecho contrario a lo que cualquiera pudiera imaginarse. Incluso, el padre indica que “él tiene más plata que yo”, exagerando y en forma de broma, pero admitió que en ocasiones recurre a él para solucionar algún apuro económico.
Cuenta que el niño administra su dinero, que le da él mismo para sus gastos habituales del colegio, de manera tal que le sobra para ir guardando el llamado “vuelto”, mirando futuras necesidades que pueda tener o para darse algún gusto sin tener que pedir para ello.
Para el señor no es ninguna novedad esta práctica de su hijo, ya que lo hace desde muy pequeño, incentivado por la educación financiera que está recibiendo en el Colegio Pytyvõ. “Siempre supo ahorrar”, expresó, agregando que según su experiencia no es el único chico que tiene el hábito.
En contrapartida, Guillermo, que es socio de una de las cooperativas más importantes del país, señala que ahorraba anteriormente, pero que en los últimos tiempos le resultó imposible seguir haciéndolo, porque no le queda margen, ya que los gastos en su familia crecieron bastante.